Dispuestos a una nueva aventura, y con el presupuesto justito, tras barajar las distintas posibilidades que se nos ofrecieron al final decidimos plantar nuestro destino en Rumanía, país de Drácula. Cabe mencionar que hubo que superar algunos de los prejuicillos que tanto imperan por estos lares, incluso justificar el rumbo elegido ante familiares y amistades, pero como podréis ver a continuación nada más lejos de la realidad; su historia, su gastronomía y sus gentes nos ganaron el corazón desde el primer momento, y no necesariamente en este orden.
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| Busto de Vlad Tepes, Drácula para los amigos |
A nuestra llegada a Bucarest tuvimos la grandísima suerte de tener nuestra amiga Meli, quien ejerció de manera impecable como orgullosa anfitriona del país que nos acogería durante toda una semana.
Viajamos desde Madrid en Raynair hasta Otopeni, en Bucarest, y nada más desembarcar en el aeropuerto acudimos para el alquiler de un coche, algo imprescindible a nuestro modo de ver para desplazarnos con total libertad por el país. Aunque nos hartamos de ver presupuestos, agencias y vehículos desde España siempre será un poco más caro a la hora de alquilarlo, a nosotros nos costó 255 euros el alquiler de la semana en un opel corsa, bastante nuevo y con tan solo 11.000 kilómetros, incluido un seguro a todo riesgo que te reducía el pago del depósito de fianza a 150 euros (en vez de 600 euros). No vimos necesario coger cadenas para neumáticos pese a que viajamos a finales de noviembre -y nos nevó-.
En el mismo aeropuerto hay numerosas compañías de renting, todos hablan o chapurrean el castellano y son muy amables. Nosotros nos decantamos por la agencia http://www.touringrentauto.ro/es/alquilar-coche/ (enterprise rent a car).
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| Bucarest desde la ventana de casa de nuestra hospitalaria y angelical Meli. Foto móvil. |
BUCAREST
El primer día nos dedicamos a ponernos al día con Mely a la vez que deambulamos por el centro de la capital para finalizar con nuestro primer contacto culinario rumano, un acierto y gozada para los sentidos, el
Caru'cu Bere, cervecería tradicional con muchísima historia ubicada en el centro histórico con una decoración harta detallista, y contrario a lo que se pueda pensar, bastante económica, tres comensales con ensalada, primeros platos, vino y postre algo más de 40 euros, visita imprescindible.
Influenciados por los azarosos efectos de los primeros vinos, secundamos la velada en diversos pub's del centro muy curiosamente decorados para perder toda dignidad en los -sí, "los" en plural- karaoke del lugar, sin duda fue una noche memorable (ehhh Macarena aaahhhiiii), gracias por ello Mely.
De Bucarest no quiero decir que no haya mucho que ver, sólo que nosotros nos limitamos a visitar el
Palacio del Parlamento Rumano, descomunal y megalómana construcción que ostenta el dudoso honor de ser la mayor construcción civil del mundo y la 2º absoluta sólo superada por el Pentágono, dudoso me refiero a las circunstancias en las que se construyó, pero eso es otra historia. La verdad que disfrutamos mucho más de las idas y venidas en el metro, paseos por sus amplias avenidas o los merecidos descansos en algunos de sus cafés, mención especial tiene la degustación de un bollo típico con una salchicha dentro, no recuerdo el nombre pero sí que se vende a pie de calle, que cuesta un Leu y que -oh Dios- supo a gloria bendita.
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| Panorámica de la Casa del Pueblo, sobrenombre que le dio Nicolae Ceausescu |
Tras un recorfontante desayuno -avanzadas ya las 12.00 horas- nos dispusimos con muchísima calma a iniciar nuestro particular road trip en dirección
Brasov.
Aquí tengo que hacer un inciso y comentar lo que me pareció el tráfico rumano, la primera impresión es retrotraerte a la España de hace 30 años, esto es, temeridad al volante, adelantamientos en línea continua, continuamente; exceso de velocidad y un entretenido etc. Todo entre contrastes de los quiero y no puedo de los omnipresentes Dacia Logan y los coches de altísima gama, pasando por vehículos pesados que les importa un pito la línea continua, la prohibición de adelantamiento o directamente el sentido común, ya que un tráiler nos dio un susto de muerte al, atención, adelantar cuesta arriba, línea continua, de noche con una pesada lluvia, carretera convencional -único carril en cada sentido- a otro tráiler, con lo que en el cambio de rasante nos topamos con semejante bicho de frente obligándonos a dar un volantazo y -modestamente- exigirme de toda destreza al volante para esquivarlo y no salirnos de la carretera. Fue una autentica temeridad y que lamentablemente no era la excepción, si no la norma. La conducción en Rumanía es temeraria y se impone la ley del más fuerte y del más grande, si os podéis permitir el alquiler de una berlina mejor que un utilitario. Otra cuestión relacionada es la gasolina, de todos los gastos derivados del viaje fue uno de los mayores dispendios sin duda, a precios similares a las estaciones de servicio españolas.
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| Típica travesía con la imprescindible compañía del GPS. -14mm f.3 1/25- |
De camino hacia Brasov intentamos hacer parada en Sinaia para deleitarnos con el museo y Castillo de Valea Peles, pero la mala previsión nos lo hizo imposible ya que llegamos fuera de horario de apertura al público, una autentica lástima; parte de culpa la tuvo la parsimonia con la que nos entretuvimos en algunas de las innumerables iglesias ortodoxas rumanas, alguna muy bonitas y todas realmente particulares.
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| Iglesia Ortodoxa -25mm f.8 iso200 1/640- |
Ya inmersos en la región de Transilvania no hay más opción que deleitarse con los panoramas y vistas que ofrece. Nos decantamos por esta zona por su conjunto histórico y popular, desde mi punto de vista muy atractivo y que se ajusta estupendamente a los días que disponíamos para el viaje y la posibilidad de realizar un itinerario circular, pudiendo aprovechar más nuestro tiempo y que con la disponibilidad que nos otorga el coche particular no hizo si no potenciar la sensación de libertad y gozo.
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| Paisaje otoñal de los jardines del Palacio de Peles. Foto móvil (María) |
BRASOV
Una vez en Brasov nos alojamos en el
hotel Decebal, hotelito con todas las comodidades que unos viajeros de nuestro perfil pueden desear: económico, limpio, buena presión de agua en la ducha y excelente señal wifi. Así que una vez acomodado nuestro equipaje nos lanzamos a los deleites de esta popular ciudad. La primera visita fue la Plaza Central, que para llegar hasta ella en pleno centro nos servimos del coche y que estacionamos en un parking público descubierto muy cercano, el tráfico era bastante fluido por lo que fue un acierto.
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| Detalle del letrero hollywoodiense de Brasov desde la Plaza Central -42mm f.6,3 iso200 1/160- |
La Plaza Central es un estupendo inicio neurálgico hacia casi todos los puntos de interés de Brasov ubicados en el centro histórico. Yuxtapuesta a la misma está la Catedral de Santa María, edificación imponente de casi 90 metros de altura que debe su sobrenombre -Iglesia Negra- y aspecto ennegrecido al incendio originado por la invasión de las fuerzas austriacas allá por finales del s. XVII, terriblemente dañada en parte y reconstruida posteriormente en estilo barroco y no en su estilo original gótico. Ofrece museo y es una visita obligada y casi impuesta, ya que se advierte desde casi cualquier lugar de la ciudad.
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| Ténebre paseo por las inmediaciones de la Iglesia Negra-14mm f6.3 iso200 1/125- |
A estas alturas, muchos de los estereotipos y prejuicios arraigados en España se disipan como una cortina de humo, observas a los chavales ir a la escuela con sus mochilitas a la espalda en perfecta fila india siguiendo a su profesora, los cafés están atestados de jóvenes buscando conexión a internet con sus móviles y portátiles, los negocios tradicionales a pie de calle aguantan el frenesí diario de clientes y la calle, pese a la "rasca" y el clima fresquito, se muestra inundada de gente anónima ahogada en sus propios pensamientos, ni más ni menos que como en cualquier otra ciudad europea.
Brasov como importante núcleo urbano dispone de numerosos museos, iglesias y templos que merece la pena visitar, si bien nosotros por falta de tiempo tuvimos que pasar por alto. También es recomendable la ascensión al monte Tampa, con posibilidad de hacerlo con el teleférico o a pie, que esta vez por falta de energía decidimos obviar, ya que el trasiego por su núcleo histórico y populares calles nos dejaron agotados y sin aliento para intentar semejante hazaña; lo cual fue una lástima porque me hubiese gustado aprovechar el teleférico para intentar algunas fotografías.
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| Avd. principal Brasov, al fondo la Iglesia Negra |
Antes de abandonar Brasov os recomiendo para cenar el
restaurante Transilvania, todo un acierto, relativamente económico para ser Rumanía y un deleite la oferta de su carta, además dispone de wifi ¡¡qué más se puede pedir!!
PREJMER
Dudamos en un principio desviarnos hacia Prejmer, ya que tendríamos que andar nuestros pasos para continuar posteriormente con el itinerario previsto, pero fue todo un acierto. La localidad no tiene más que la iglesia fortificada y algunos edificios construidos alrededor, algún pub un poco cutre y algo parecido a un locutorio, no importa, la visita a la iglesia y su fortificación justifica cualquier duda al respecto.
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| Patio de acceso a la Fortificación Prejmer -14mm f.9 iso 125 1/125- |
La construcción, en un principio al inicio del milenio pasado, constaba de una iglesia al uso, en forma de cruz con un campanario en su cruce, pero con las continuas incursiones de los otomanos obligaron a los lugareños a dotarla de protección al mas puro estilo medieval. Así la rodearon de una muralla con una única vía de acceso, aprovechando el intramuro para distribuir cientos de estancias para destinarlas a los distintos usos cotidianos.
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| Aulario original, con detalle de pupitres, ábacos y murales. -14mm f3.5 iso800 1/15- |
Si desde fuera se muestra como una robusta fortaleza, el interior se distribuye con hileras de habitáculos de hasta 4 niveles, intercomunicados por un cautivador entramado de escaleras y balcones y todos orientados a la iglesia, o lo que es lo mismo al centro de la plaza.
Lo mejor de todo es que puedes explorar libremente cada rincón, cada habitación y cada peldaño de los interiores, bueno, no de todos pero sí de los suficientes para hacerte una idea bastante precisa.
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| Interior de la fortaleza de Prejmer -25mm f.5,6 iso 200 1/30- |
La visita es doblemente gratificante por el lo inesperado de la particular edificación como por la libertad de acceso que ofrece para explorar todo el monumento, además, en nuestra visita fuimos los únicos en disfrutar del recinto, únicamente coincidimos con una pareja de recién casados que estaban realizando una sesión fotográfica en esta exclusiva localización.
De la misma accesibilidad se dispone la iglesia, espacio diáfano y relativamente austero en el que me sorprendió observar un devoto en plenos ejercicios de oración, imagino que sería el encargado del monumento o que a los lugareños no les cobran el precio de la entrada; en cualquier caso sirvió para bañar de un aire solemne y respetuoso el momento.
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| Interior iglesia Prejmer -25mm f0'95 iso200 1/30- |
Y hasta aquí Prejmer, porque como he comentado al principio no tiene mucho más, quizás rodear el exterior de la muralla sólo para comprobar el único interés de la iglesia, porque ni siquiera localizamos un lugar donde tomar un café.
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| Túnel de acceso al interior de la fortaleza Prejmer -14mm f.3,5 iso200 1/15- |
Como anécdota mencionar que al volver al coche descubrimos la rueda trasera del coche desinflada, el instinto prejuicios nos hizo pensar que era una treta ideada por algún malo malísimo, o peor aún, alguna banda criminal organizada, con la intención de iniciar la marcha y al tiempo, una vez en carretera, alertarnos del pinchazo para mientras nos ofrecen su ayuda y nos ensimismamos con el cambio de rueda, un segundo compinche aprovecha para sustraernos todos nuestros bienes materiales; finalmente dedujimos que nos dieron la rueda pinchada desde el renting, y nos las arreglamos inflando periódicamente el neumático cuando teníamos ocasión, y pensad que era el tercer día de viaje.
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| Entrada a la fortaleza Prejmer |
SIGUISOARA - VLAD TEPES (DRÁCULA)
Siguisoara, tierra histórica transilvánica, tuvo el privilegio o temeridad de ofrecer un lugar de bienvenida a este mundo a nada más y nada menos que Vlad Tepes, El Empalador o el mismísimo Drácula en la ficción creada por Bram Stoker. Como hay literatura más que de sobra para documentaros sobre este misterioso personaje, os invito a que indaguéis un poquito; yo a raiz de esta visita deboré todo lo que encontré sobre este ídolo local y fue apasionante leer sobre un personaje de su determinación y fortaleza. A modo de resumen mencionar que este príncipe es considerado un héroe nacional, ya que contuvo con éxito las fuerzas invasoras turcas principalmente pero también húngaras, lidiando tanto con musulmanes como cristianos así le conviniese. Siempre en desventaja respecto sus invasores se las ingenió para rechazarlos, con técnicas tan aterradoras como efectivas como el empalamiento y otras torturas que es mejor no imaginar. Drácula le sobreviene del nombre heredado de su padre, Vlad Dracul, pertenenciente a la Orden del Dragón, en la que la derivación del significado de la palabra Drac > Draco > Dragón se le confiere; posteriormente "draco" muta en le rumano moderno al significado de "demonio", desafortunada connotación si tu fama precede brutalidad y todo tipo de acciones sanguinarias.
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| Busto de Vlad Tepes, nuesto drácula original |
Lógicamente la visita a la casa de Vlad fue obligada, creo que fueron 5 Leu por barba, consta de 2 estancias, dormitorio y salón, con una pequeña sorpresita que no os voy a descubrir... muhahahahha!! Ni nos planteamos quedarnos a comer en el restaurante que completa la atracción y no creo que nos perdiésemos nada, ciertamente.
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| Calle peatonal con la Torre del Reloj al fondo -36mm f5.6 iso200 1/50- |
Siguisoara es muy atractiva, ciudad medieval fortificada que está protegida por una muralla que conecta diversas torres o casas ciudadela, la más importante o emblemática es la Torre del Reloj. Si bien visitamos la citada torre -obligada- es altamente gratificante deambular sin rumbo por las calles y el interior de las murallas observando la infinidad de detalles y descubriendo tranquilos lugares en los que descansar un rato.
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| Detalle ornamental Siguisoara |
Ciertamente Siguisoara, o mejor dicho su casco antiguo es relativamente pequeño, aunque si le dedicas el mínimo tiempo a disfrutar de sus numerosos rincones te ocupará todo el día. Sorprende lo poco masificado que están en general todos los lugares, a excepción de la mina de Turda de la que hablaremos más adelante, es una gozada tener zonas enteras en total soledad para disfrute de sus diversos ofrecimientos.
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| Casa Ciudadela de la fortificación de la ciudad de Siguisoara. |
Una vez recorrida la parte interior de la muralla no queda más remedio que continuar la visita a la parte superior, cuyo acceso es obligatorio por la "Escalera Cubierta", construcción que data de 1642 y que conduce a la iglesia gótica de Bergkirche que alza sobre el resto de la ciudad.
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| Incauta moza que se adentra en la lúgubre escalera cubierta |
La escalera es tan particular como funesta pero más agotadora aún, consta de 172 escalones que se te hacen entrar en calor pese a lo fresquito del tiempo.
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| Interior de la Escalera Cubierta -14mm f.5.6 iso 640 1/13- |
Una vez arriba, y recuperado el resuello, se puede visitar la iglesia Bergkirche para posteriormente descender entre lápidas y tumbas del cementerio, que aconsejaría vistiar porque llama la atención la disposición y "estética" tan diferente a la acostumbrada en europa occidental.
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| Lápida donde se intuye enterramiento familiar dede mediados del s. XIX |
Por último merece un espacio aparte la visita a la Torre del Reloj, siendo la más característica e importante, tanto en dimensiones como importancia y número de visitas. No recuerdo el precio de la entrada pero bien merece su compra, la torre se divide en diversas alturas y estancias entre las que se reparte el museo y restos de maquinaria bastante curiosa. Una vez en la parte superior se puede difrutar de las vistas panorámicas de Siguisoara y hacernos una idea más precisa de la ubicación y distribución de la muralla y sus elementos.
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| Pareja cortejándose al pie de la Torre del Reloj, Siguisoara -12mm f8 iso 200 8''- |
Aquí no puedo por menos que recomendaros el restaurante-pub
La Perla, estaba justo al lado de nuestro hotel e hicimos en él cada comida durante nuestra estancia en Siguisoara, al mal menor del humo del tabaco se disfruta de buena cerveza, buena comida y bastante económico.
SALINA DE TURDA
La salina de Turda es una mina en cuya explotación se extrae sal, sí, una mina subterránea de la que se obtiene sal, para comer u otros menesteres. Ubicada en la población homónima, su visita la considero muy recomendable por lo excepcional de su naturaleza, no tanto por la población en sí en la que no encontramos gran cosa que hacer, incluso encontrar un sitio de nuestro gusto para comer se combirtió en una pequeña empresa, donde después de decidirnos por un restaurante bastante llamativo, sentarnos a la mesa y solicitar la carta, decidimos marcharnos por la gran cantidad de humo procedente de los fumadores (hay que ver lo delicados que nos hemos vuelto), el caso es que se nos hizo muy incómodo, era como volver a tener 18 años y entrar en el bar de pueblo donde prácticamente era imposible ver mas allá de 1'5 metros por la neblina, no hablemos de respirar con normalidad. El caso es que sin más opciones plausibles acabamos cenando bocadillos precalentados en una estación de servicio, adiós glamour, bienvenida cutrez.
Nosotros nos alojamos en la pensión
Pensiunea Edy Turda, cuyas habitaciones son una monería, por lo menos la nuestra hizo las delicias de María, además de la consabida Trinidad "limpieza/presión agua/wifi" y como añadido el desayuno bastante decente; eso sí, os avisamos que el gps os la liará bien parda, ya lo advertían otros usuarios en sus comentarios, por lo que conviene llamar y que sean los empleados de la pensión quien os oriente.
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| Túnel de acceso a las galerias superiores de la mina |
Explotada desde el s. XI hasta inicios de los años 30 del siglo pasado, su reapertura se sucedió en 1992 como centro turístico, muy acertadamente, donde se integra un museo y un centro de haloterapia, donde se tratan trastornos y acepciones respiratorios viéndose beneficiados por la concentración de salinidad, humedad y temperatura determinadas y constantes, quedando algunos espacios restringidos para estos pacientes.
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| Una de las galerías interminables de la mina |
La mina es extraordinariamente gigante, según deduje de los diversos planos se subdivide entre cuatro o cinco mega secciones que son minas en sí mismas, la única que está habilitada al público -mina Rudolf- creo que ni siquiera es la de mayores dimensiones, pero cuesta creer que se haya podido producir algo así por la acción del hombre, sobretodo pensando en los medios disponibles en la antigüedad, el caso es que tiene 42 metros de profundidad, 50 de ancho y 80 de largo, siendo tan grande que tiene parque de atracciones, ¡ver para creer!
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| Detalle de acumulación de sal, si bien todo es sal, paredes y techo incluidos. |
Otra sección es la mina Terezia -comunicada con la mina Rudolf- la cual tiene forma cónica y alargada, ¡¡de 120 metros de altura!! su explotación se detuvo porque comenzó a inundarse el suelo, consecuencia del agua subterránea, lo que ha creado un lago que unido a la acumulación de residuos deshechados desde la parte superior ha favorecido la creación de una pequeña isla en su centro, siendo aprovechada para crear un embarcadero 100% operativo en el que poder darte un romántico paseo en una de sus barquitas, cuando os digo que es algo muy particular es que merece la visita.
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| Lago y embarcadero de la mina Terezia, Salina de Turda -12mm f.2 iso200 1/10- |
De las fotos que hice de la propia mina Rudolf ninguna la dignifica o le hace mínimamente justicia, así que mejor me ahorro el bochorno, de todas formas por muchas fotos que veáis tanto de la mina Rudolf como de la mina Terezia no os haréis una representación fidedigna de lo que os encontraréis al verla en persona, es justo lo que nos ocurrió a nosotros, vimos mil fotos por internet y sólo observábamos una amalgama de extrañas luces dispuestas por el espacio y poco más. Sin duda es una vivencia muy particular ver algo así. Recomendada su visita.
ALBA IULIA
Alba Iulia es una ciudad con cierto interés por su ciudadela histórica. Decidimos visitarla ya que desde Turda, hasta Sibiu que era nuestro próximo destino, no pillaba de paso así que hicimos parada con la motivación principal de pasear por los interiores de la ciudadela Alba Caterina. El caso es que nos embelesamos tanto en los detallitos de la ciudadela que cuando nos decidimos a entrar por el circuito ya estaba cerrado, otra mala planificación en nuestro viaje <<ya sabéis, siempre consultar horarios>> El caso es que hicimos un poco más el tonto y emprendimos rápidamente nuestro viaje.
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| Esta indiscreción me costó una fuerte reprimenda por parte de María |
El interior de la ciudadela alberga gran cantidad de puntos de interés, prinpipalemente la fortaleza, Catedral Católica o la Catedral Ortdoxa, pero también el Palacio del Obispo Católico, la Biblioteca de Batthyaneaum o las puertas de entrada que son bastante imponentes y bonitas.
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| Catedral Ortodoxa -12mm f5.6 iso400 1/200- |
La meteorología, pese a que durante todo el viaje no acompañó mucho, no fue algo determinante, lluvias intermitentes y ligeras que permitían hacer turismo omitiendo prácticamente siempre el uso de paraguas, un buen abrigo con capucha y ropa cómoda y adecuada se hacen imprescindibles.
El cielo mortecino fue parte del paisaje en la mayoría de los días, que si bien no ayuda al morenito sí que es preferible para fotografiar yendo de turista, ya que la luz que ofrece es uniforme y muy controlable a cualquier hora del día, sin duda la prefiero al Sol justiciero de mediodía; no tan deseable es la lluvia o humedad, que puede dañar el equipo y que aunque el cuerpo de mi cámara es sellado no lo fueron los objetivos que porté al viaje, provocando la búsqueda de refugio en cualquier espacio cerrado.
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| Interior Catedral Católica -12mm f2 iso800 1/10- |
Aunque es totalmente recomendable la visita a Alba Iulia, en nuestro caso, con el mal tiempo que nos acompañó y la decepción de no poder visitar la fortaleza nos hizo marcharnos con un mal sabor de boca, no de pérdida de tiempo pero sí de cierta desazón agravada por el frío, el cansancio y el hambre.
En otras condiciones estoy seguro que hubiese colmado nuestras espectativas y saturado nuestro gozo, quizás en otra ocasión.
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| Tercera Puerta de la Ciudadela -vista exterior- 12mm f5.6 iso400 1/8 |
SIBIU
Sibiu es un importante centro económico y cultura de la región de Transilvania y con una ploblación de más de 150.000 habitantes nos pone en situación y nos advierte que es un núbleo relativamente grande. Turísticamente se comprende entre la ciudad alta y la baja, pero principalmente en su centro histórico que se dispone con su Plaza Mayor y Plaza Menor y alrededores como el centro de interés de nuestra visita.
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| Tiovivo de la feria en la Plaza Mayor, Sibiu -12mm f4 iso125 6''- |
A nuestra llegada, recordamos que desde Turda pasamos por Alba Iulia para acabar en Sibiu, era bien entrada la noche y nuestro apartamento pese a estar en el mismo centro, fue una ODISEA encontrarlo, no disponía de cartel alguno y en plena oscuridad daba mucho mucho "yuyu", no por mí claro está, pero tenía a mi cuidado y protección una bella dama y no aparentaba ser el lugar más seguro del mundo. Frustrados decidimos llamar al responsable y, la primera vez, no sabían hablar castellano ni inglés, por lo que se demoró casi una hora entendernos para que viniesen a recogernos y alojarnos. El apartamento estaba oculto en una de las típicas galerías de los edificios del centro, tétrico rayando una película terrorífica en la que siempre muere la chica bonita y muy poco agorero. El caso es que nos liamos la manta la cabeza y seguimos con reparo al empleado, pese al entorno la habitación cumplía sobradamente con la regla Trinidad "limpieza/presión de agua/wifi". El apartamento fue
Apartament Sebastian, pese a las visicitudes es recomendable ya que su precio fue de 20 euros la noche y estaba en pleno centro.
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| Plaza Menor -12mm f11 iso125 2,5'' flash- |
Una vez acomodados decidimos darnos una vuelta para quitarnos el estrés y el susto del cuerpo, y llenar la panza. Tras un rápido vistazo a los criterios de Tripavisor nos decidimos por uno localizado en la plaza menor, pero lamentablemente no recuerdo el nombre, de precio correcto y comida sustanciosa y riquísima. En la Plaza Menor y sus aledaños posteriores es el mejor lugar donde desayunar, comer y cenar. En esta zona también se ubica la Catedral Evangelista enclavada en la Ciudad Baja
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| Catedral Evangelista, Sibiu -12mm f8 iso200 1/400- |
A la mañana siguiente cabe mencionar que ya todo adquiría otro matiz, no parecía ya tan peligroso el acceso a nuestro apartamento (habitación) y alrededores por lo que confiados nos dejamos sorprender por los ofrecimientos de Sibiu. Su mayor interés a mi juicio es caminar por su centro y resguardarse del frío cada cierto tiempo en los cafés y establecimientos de la ciudad. Aunque bien merece la pena una visita a la Catedral Evangelista que oferta visitas a su interior y una escalada de fuertes sensaciones a su campanario.
Cabe decir que el primer tramo es sobre edificación de piedra, pero su segundo tramo se integra de una voluble y bamboleante estructura de hierro y madera que conforman las escaleras. La verdad que impresiona la altura y el vaivén de la estructura mientras asciendes; que se me olvidó mencionar que el viaje lo realicé convaleciente de una lesión de menisco y distención de ligamentos, por lo que os podéis imaginar el agorero de María.
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| Inicio del 2º tramo a la ascensión al campanario, María lo tuvo claro desde el principio y se le puede ver diciendo que "tururú" |
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| Parte final de acceso al campanario, solo para valientes -40mm f5.6 iso400 1/13- |
Como digo, el mayor atractivo de Sibiu no los ofreció el pasear por sus calles y recovecos en los que descubrir infinidad de detalles a la vez que mezclarse con sus gentes, ya sean viandantes o empleados de los locales y establecimientos, son relamente amables y gracias a los culebrones televisivos sudamericanos muchos se comunican en castellano con relativa facilidad. Muchos prejuicios de los que imperan en España directamente no aparecen, únicamente en los desplazamientos por carretera en las poblaciones más pequeñas y desconectadas sí se aprecia una evidente falta de desarrollo, pero en los núcleos urbanos el discurrir de la vida y sus gentes es similar al cualquier ciudad europea.
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| Detalle callejero, Ciudad Baja, Sibiu |
Durante nuestra estancia concidimos con una feria que no recuerdo su nombre ni motivación, el caso es que estaba instalada en la Plaza Mayor, ofertaba pequeñas atracciones para pequeños y se rodeaba de numerosos puestos de comida y regalos. Para nosotros fue una agradable casualidad ya que aprovechamos para tomar algún tentepié y así mantener a raya el prominente frío además de traernos algunos recuerdos para la familia.
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| Puesto de dulces típicos en la feria de la Plaza Mayor, Sibiu |
BRAN - CASTILLOS -
Y con las dos últimas noches por delante emprendimos el camino de regreso a Bucarest, no sin antes hacer visita obligada a la ciudad de Bran, donde se erige el Castillo de Bran, o para turistas el Castillo de Drácula. Esta edificación medieval fortificada sobre un risco no se relaciona de ninguna manera con Vlad Tepes, únicamente, los lugareños muy avispados ellos reconducieron a los primeros turistas la creencia de era el castillo de Drácula, y éstos tan incáutos y ávidos de historias en las que creer hicieron el resto.
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| Castillo de Bran -61mm f7.1 iso200 10''- |
Llegamos, como no, de noche, y nos alojamos en la
Pensión Casa din Bran, altamente recomendable ya que cumple con la norma Trinidad y además desde la habitación disfrutámos de estas vistas del castillo, todo un lujo. La zona del castillo solo dispone de los hoteles y algún restaurante, tras consultar Tripavisor el que figuraba primero y segundo estaban cerrados, por lo que acordamos comer en el restaurante de la pensión con gran acierto, precio contenido y la comida riquísma. Siempre que viajamos intentamos degustar productos y cocina autóctona, os animamos a hacerlo así porque la gastronomía rumana además de sorprendernos nos pareció deliciosa.
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| Estancia interior del Castillo de Bran |
A la mañana siguiente, para nuestra sorpresa y [estupor y preocupación para Iván]-[ilusión y alegría para María], amaneció ¡nevado y nevando!
Después del !oh mierda! me fulminó el pensamiento de las cadenas del coche, o mejor dicho su ausencia. Para María todo fue regocijo y felicidad, es comprensible pues para una alicantina la nieve no es muy habitual, pero para un granaino que además debe hacer cientos de kilómetros de conducción... ya me diréis.
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| Amanecer en Bran ¿tendrá Drácula calefacción central? |
Superada la impresión inicial decidimos seguir con lo programado y cumplir con los deberes y obligaciones de unos curtidos turistas, así después de aparcar en mi mente la preocupación meteorológica intentamos disfrutar todo lo posible de un enclave único bajo unas circunstancias espectaculares.
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| Detalle del patio interior, Castillo de Bran |
Una anécdota que no me resisto a compartir es la siguiente, esta misma noche salimos a pasear y a hacer algunas fotos nocturnas del castillo, y en un momento determinado mientras María se ofrecía de modelo nos abordaron un grupo -o jauría, no sé cuantos elementos son necesarios- de perros, comandados claramente por uno de tamaño mayor de color blanco. Fueron tan directos a nosotros que inmediatamente me puse en alerta, avisé a María y cogí el trípode a modo de defensa, azuzando enérgicamente a los chuchos, los cuales nos rodearon en una especie de plan táctico, con las mismas se fueron, para nuestro alivio, pero fue la señal perfecta para ir como un tiro al hotel y meternos a dormir.
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| Porche interior del Castillo de Bran |
Realmente el castillo por dentro no tiene mucho que ofrecer, es lo más parecido a una residencia relativamente moderna que está cuidada para su explotación turística. Para los entusiastas valdrá la pena pero si no se dispone de tiempo suficiente basta con pasar y contemplarlo desde fuera del recinto. No volvería a pagar la entrada y hacer la visita del interior.
El complejo, que junto al Castillo se expande en un pequeño lago y los jardines,los cuales nos dieron mucho juego ya que la nieve nos hizo pasárnoslo como aunténticos enanos.
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| La nieve fue una añadido soprendente que tildó de blanco nuestro recuerdo de Bran |
Decididos a volver para la capital, nos esforzamos por preguntar a todo el mundo si era necesario el uso de cadenas ya que no paraba de nevar copiosamente. Al final nos lanzamos a la carretera con muchísimo cuidado, comprabado que el estado de la calzada ofrecía un mínimo de seguridad proseguimos con nuestro viaje con un segundo intento fútil de visitar el Castillo de Peles.
En la fotografía inferior podéis observar el panorama que os intento trasladar, las carreteras son de por sí una fuente constante de peligro debido a los propios vehículos, por lo que reducir la visibilidad y adherencia no hace pensar que sea un buen cóctel. Lo mejor fue que no había mucho tráfico y el espectáculo único de los paisajes rumanos nevados.
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| Estado de la carretera en nuestra vuelta a Bucarest. Foto Movil (María) |
CASTILLO DE PELES
En el camino de vuelta decidimos dar un rodeo y lanzar una nueva tentativa al Castillo de Peles, en Sinaia. Nuevamente la mala planificación y el hecho de no mirar los horarios nos sirvió para un nuevo varapalo en todas las narices.
Esta vez sí que llegamos con tiempo suficiente respecto a la hora de cierre, lo malo es que este día estaba cerrado, a saber si por vacaciones, descanso del personal o para rellenar las máquinas espendedoras de refrescos, nuestro gozo en un pozo.
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| Castillo de Peles en plena nevada |
Después de la segunda derrota nos enfilamos directos a Bucarest, donde Meli nos recibió nuevamente al abrigo de su hospitalidad y encanto.
CONCLUSIONES
El viaje cumplió con nuestras exigencias y expectativas, fue económico, variado, asequible desde la perspectiva de la autogestión y todo un descubrimiento de su gastronomía y gentes.
Hubo especialmente dos lugares que me dolió no visitar, pero Cluj Napoca por falta de tiempo y la carretera de Transfagarasan por estar cerrada en esta época del año debido a la climatología quedaron fuera de nuestro itinerario. La distribución del tiempo y lugares considero que fueron ampliamente fructíferos para los días de los que disponíamos y todo de manera plácida y sin estrés.
En cuanto al cambio de dinero lo realizamos en las casas de cambio de Bucarest, realmente conveniente pues hay bastante competencia. No hay problema en el pago con tarjetas de crédito, pero como siempre y en cualquier país nunca las pierdas de vista.
Rumanía SÍ es barato, o por lo menos más barato que en España; a excepción de la gasolina que su precio es similar fue junto con el alquiler del coche lo que disparó un poco el presupuesto. En cualquier caso es totalmente recomendado y no vería de otro modo el viajar una semana por Rumanía.
En Bucarest, con los taxistas y algunos otros servicios hay que negociar y regatear y tratar el precio, esto me parece todavía un síntoma de la falta de desarrollo y madurez en los servicios; si de algo sabemos los españoles es de picaresca pero fue un detalle que no me resultó agradable.
Por último y con lo que me quedo, es que os olvidéis de prejuicios y estereotipos, no hay mejor cura que viajar y -aunque sea de turista- conocer la realidad del lugar. Rumanía es un país increíble y los rumanos gente maravillosa, amable y muy considerada. Sin duda es un destino que, pese a la reticencia de los españoles, es altamente recomendable.
EQUIPO FOTOGRÁFICO
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